Alfredo Martínez de Aguilar
Mal empieza la semana para el que ahorcan el lunes, reza el refrán clásico, que bien puede ser aplicado al mal inicio del penúltimo año de la administración del gobernador Gabino Cué.
La enfermiza soberbia del ministro plenipotenciario con abultada cartera para comprar a todos aquellos que lo acepten, Jorge Castillo, obligó a los diputados del PRI, PVEM y PSD a no asistir.
Pero el grupo parlamentario del PRI, no sólo no avaló con su presencia el estado que guarda la administración del estado, sino que los aliados del Ejecutivo provocaron una innecesaria crisis.
Los legisladores de las bancadas del PAN, PRD, PT, MC, PANAL y PUP en la Legislatura acordaron por mayoría destituir a los legisladores del tricolor de la mesa directiva del Congreso del Estado.
En una sesión extraordinaria destituyeron a los diputados priistas María Luisa Matus y Adolfo García Morales como vicepresidenta y tercer secretario de la mesa directiva, respectivamente.
En su lugar, fueron nombrados los legisladores del Partido Nueva Alianza (PANAL) y del Partido Acción Nacional (PAN), Jefté Méndez Hernández y Alejandra García Morlán, respectivamente.
El revire de los diputados aliados del gobierno de la alternancia, ordenado por el vicegobernador Jorge Castillo Díaz, generará muchos conflictos innecesarios a su jefe y amigo en el Congreso.
El ministro plenipotenciario pasa por alto que con el IV Informe de Gobierno entró en plena picada y declive la actual administración pública estatal, cuyo balance de resultados es negativo.
Hay varios asuntos pendientes en la agenda legislativa sumamente importantes que el poder detrás del trono pasa por alto: armonizar la Reforma Educativa y la Reforma Político-Electoral.
La primera no pasará, mientras se busque imponer el Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO) como Ley Estatal de Educación, como lo exige la Sección 22 de la CNTE.
Las dos reformas constitucionales convertidas ya en leyes en México requieren de la aprobación de la mayoría calificada que sin el PRI jamás obtendrá la 62 Legislatura del Congreso local.
Asimismo, Jorge Castillo pasa por alto que está pendiente la aprobación de la Ley de Ingresos y Egresos 2015 que, obligada y necesariamente, requiere de los votos de la bancada del PRI.
Y por si lo anterior fueran asuntos menores para el ensoberbecido vicegobernador Castillo Díaz, que de ninguna manera lo son, todavía está pendiente la aprobación de la Cuenta Pública.
Ante las fundadas denuncias sobre la escandalosa corrupción fomentada por el propio Jorge Castillo, el análisis y discusión de la Cuenta Pública meterá en graves problemas al gobierno.
Tan es así que hay ya insistentes señalamientos que el grupo parlamentario del PRI ha provocado la parálisis legislativa y que por los caprichos de Castillo Díaz será más evidente, pública y notoria.
Esta situación es sumamente grave porque, a querer o no, obligará a intervenir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para ordenar la armonización de las reformas constitucionales. Al tiempo.
alfredo_daguilar@hotmail.com director@revista-mujeres.com
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