Alfredo Martínez de Aguilar / DETRAS DE LA NOTICIA
La escandalosa corrupción, las adicciones al alcohol y las drogas, así como las perversiones sexuales, pudrieron la política en México. Oaxaca, dolorosa y lamentablemente, no es la excepción.
Estas mafias de cuello blanco, se han convertido en un Estado dentro del Estado mexicano, con una legislación y una administración especial reconocidas por el Estado nacional, independientes de él.
La gran amalgama que les une en cuerpo y alma en su corrupción eimpunidad son las amplias redes de complicidad las más de las veces de tipo familiar, con amigos, compadres y socios. Todos cómplices al fin.
Esta delincuencia organizada tomó por asalto el poder en sus diversos órdenes de gobierno, federal, estatal y municipal. Su genial perversidad les llevó a apoderarse de los partidos políticos entronizando a la partidocracia.
El abandono de la formación de cuadros y el escalafón del viejo sistema político mexicano trajo consigo la improvisación. Con ello ascendieron al poder los arribistas y trepadores, cada vez peores.
Con la llegada de los ignorantes y ambiciosos sin llenadera alguna, verdaderos bárbaros, se produjo la barbarización de la política en particular y del Estado mexicano en general. Ahí están los efectos desastrosos en la economía nacional.
Para aquellos ingenuos, escépticos o abiertamente cómplices que cierran los ojos y niegan la realidad ahí están los pésimos resultados en agricultura, en la industria y en los prestación de pésimos servicios públicos.
Hemos insistido en denunciarlo a lo largo de los años. Estamos dispuestos a correr el riesgo de incomodar a las hipócritas buenas conciencias, que se dan baños de pureza con el agua del sanitario.
También estamos dispuestos a perder amigos. Es nuestra convicción que es obligación hablar con la verdad al amigo, a riesgo de perder su amistad. El tiempo ha jugado a nuestro favor y nos ha dado la razón.
Ciertamente, no es nada nuevo en la noche de los tiempos. A lo largo de la historia los más grandes imperios del mundo de su tiempo iniciaron su decadencia y desaparecieron por estas causas y razones.
Ejemplos por su influencia en Hispanoamérica son Grecia y Roma. Cunas de la civilización cristiana occidental. La ruina de la “Roma eterna” perdura como el paradigma por excelencia del agotamiento y muerte de las civilizaciones.
Forman parte de la antología clásica de las orgías políticas las bacanales dionisiacas en honor a los dioses griego Dionisio y romano Baco. Ambos cobran hoy vigencia en el actual proceso local electoral.
Ahí está como prueba indubitable para las páginas negras de la historia política de Oaxaca el nuevo audio escándalo. Jorge Enrique Castillo Díaz y Beatriz ‘Titi’ Rodríguez Casasnovas son los actores protagonistas.
La ilegal grabación por alguno de los varios nidos de escucha en la capital oaxaqueña escala las campañas negras de la guerra sucia. También confirma el trabajo sucio de inteligencia, mediante la intercepción telefónica.
Es aquí donde cobra singular interés recuperar insistentes versiones hasta ahora no desmentidas sobre la identidad de algunos expertos en este campo. Destacan Ángel Benjamín Robles Montoya, candidato a gobernador del PT.
Y, por otro lado, Jorge Eduardo Franco Vargas. Se dice que uno y otro operan desde la clandestinidad centros de intercepción telefónica. Pero también se dice que el propio Jorge Castillo cuenta con su nido de escucha.
La genial perversidad de los tres contribuyó de manera determinante al triunfo de Gabino Cué como gobernador de Oaxaca. Hoy, están enfrentados a muerte. El ‘balconeo’ de que se hacen objeto, es una exitosa estrategia.
Las campañas negras de la guerra sucia político-electoral no dejan de tener, sin embargo, un efecto positivo. Ante la falta de transparencia y rendición de cuentas real, coadyuvan a romper la creciente opacidad.
Confirman, asimismo, el papel que juega Jorge Castillo como principal operador político-financiero de Diódoro Carrasco, de Gabino Cué y ahora de la coalición PAN-PRD con Rumbo y Estabilidad por Oaxaca (CREO).
Al mismo tiempo, los audio y video escándalos iniciados en el gobierno de Ulises Ruiz revelan que hoy son pre requisitos obligados para escalar al ‘círculo rojo’ del poder, ser corrupto, adicto al alcohol y a las drogas, y pervertido sexual.
¡Qué lamentable resulta que en muchos casos las mujeres brinquen a la política de las recámaras a las cámaras de diputados y senadores! Han dado lugar así a la degeneración de la política y la administración pública, a través de la nalgacracia.
Hábiles y perversos, gobernantes, políticos y funcionarios públicos, aplican la diabólica fórmula marcusiana de sexo, droga y revolución, para atentar contra la dignidad de muchas mujeres interesadas en participar en política.
Sin que sea pecatta minuta en medio de este diluvio de estiércol la denuncia sobre la existencia de bodegas repletas de dádivas para comprar y cooptar el voto de los potenciales electorales, pierde impacto mediático.
En un ejercicio de creación de escenarios futuros desde ahora podemos adelantar que en la agenda del segundo debate de los candidatos a gobernador, el próximo viernes 20, el tema de la corrupción sacará chispas.
Por demás interesante será, también, escuchar en unas horas o días más el revire de Jorge Castillo con un nuevo audio escándalo en respuesta a la exhibida que le acaban de dar sus enemigos en la llamada telefónica a la ‘Titi’.
Si la Ley se respetara y se hiciera respetar en México, mucho más interesante sería que las secretarías de Gobernación y de Comunicaciones y Transportes, investigaran los centros de intercepción telefónica que operan políticos.
Si hay voluntad política para hacerlo, no hay ningún impedimento legal ni tecnológico para hacerlo. El Estado mexicano cuenta con órganos de inteligencia civil y militar ampliamente capacitados para investigar estos asuntos.
Entretanto, es obligación de la Fiscalía para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), no sólo iniciar las averiguaciones previas por el hallazgo de miles de despensas y enseres domésticos con logotipos de los candidato de los diversos partidos.
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