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¿Terminará la Noche Negra de Heladio sobre Oaxaca?

Alfredo Martínez de Aguilar

Oaxaca, la Gran Señora del Sur, ha sido laboratorio político nacional desde la década de los 70 a grado tal que, en marzo de 1977 provocó la caída del gobernador don Manuel Zárate Aquino.

Con su olfato, visión y sensibilidad periodística José Martínez Bastida, no se equivocó al intitular el destape de Heladio Ramírez López como candidato del PRI, en 1986, Noche Negra sobre Oaxaca.

La premonición del entonces director y gerente general del diario Noticias y del vespertino Oaxaca Gráfico, destapó la Caja de Pandora y sentaron sus reales los males derivados de la corrupción.

Hábil y perverso, Heladio, formado en las cañerías del viejo PRI, vendió a su amigo el presidente Carlos Salinas de Gortari el servicio de convertir a Oaxaca en el mayor reclusorio del México.

Para evitar que los llamados Extraditables, representados por lo más corruptos de los políticos echeverristas, obstaculizaran al gobierno de Carlos Salinas les abrió las arcas públicas en Oaxaca.

Los mayores saqueadores de la riqueza nacional, Augusto Gómez Villanueva, Alfredo Ríos Camarena, Félix Barra García y Fausto Cantú Peña, tomaron por asalto las arcas de Oaxaca.

Los cómplices de Heladio Ramírez, en las corruptelas de los fideicomisos Bahías de Bandera, Puerto Vallarta y Cumbres de Llano Largo, se instalaron en suites del controvertido Hotel Victoria.

Con la experiencia en el criminal saqueo de los fideicomisos de desarrollos turísticos en las playas de Nayarit, Jalisco y Guerrero, se apoderaron de las paradisiacas playas de la Costa oaxaqueña.

Indispensable es recuperar la memoria histórica para entender las sombras de la Noche Negra que permitieron el arribo de los peores políticos del PRI como gobernadores de la mártir Oaxaca.

Sin el odio contra la vallistocracia de manera particular, como antecedente, no será posible entender por qué los ex gobernadores destruyeron la universidad pública y la educación básica.

A la luz de esta actitud patológica de venganza, es posible explicarse por qué Heladio, Diódoro, Pepe Murat, hecha excepción de Ulises Ruiz entregaron la educación a la mafia de la CNTE-EPR.

Todos los gobernadores han utilizado la rentabilidad político-electoral de los capos y sicarios del Cártel de la Sección XXII de la CNTE y de los guerrilleros del EPR en sus proyectos políticos.

A quienes lo duden por ingenuidad, escepticismo o complicidad, ‘Los Pelones’ de Chico Villalobos y ‘Los Pozoleros’ de Othón Nazariega, al servicio de Murat y Ulises en sus proyectos transexenales.

El secretario general de la Sección XXII presiona para imponer al ‘cachorro’ Alejandro Murat como candidato del PRI a gobernador y el representante del Sector Periferia impulsa al Señor Pérez.

Hoy, obligado por las adversidades presidenciales del país, pareciera que empezamos a ver la luz al final del túnel con la decisión del gobernador Gabino Cué Monteagudo, de desaparecer al IEEPO.

¿Será verdad tanta belleza que después de 35 años del escandaloso saqueo del IEEPO, después que Heladio lo escriturara a la mafia CNTE-EPR estará por terminar la Noche Negra en Oaxaca?

Los organismos de inteligencia civiles y militares del Estado Mexicano y del gobierno de Enrique Peña Nieto saben quién son los políticos y guerrilleros que mecen la cuna de la violencia.

Obligado es preguntar públicamente si el presidente Enrique Peña Nieto tendrá realmente la voluntad política para respetar y hacer respetar la Ley para salvar a Oaxaca y salvarse él mismo.

alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila

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