Alfredo Martínez de Aguilar
Hijo putativo del liberalismo capitalista, el marxismo-leninismo, demostró ser enemigo de la vida, la libertad y la dignidad humanas desde su asalto al poder en la revolución bolchevique.
Así lo prueba a lo largo de la historia el permanente baño de sangre que el socialismo y/o comunismo ha provocado por igual en Europa oriental que en Asia y América Latina.
Genocidios superiores al holocausto judío, atribuido por el sionismo mundial, a los nazis en Alemania, durante la segunda Guerra mundial; y que los demócratas liberales no denuncian.
Ahí están los casos hoy en día de los países integrantes de la Federación Rusa o de China y, particularmente, de Corea del Norte o bien, de la propia Cuba y Venezuela, más cercanos.
Incalculables millones de muertos, desaparecidos, torturados y presos por la brutal represión comunista que las democracias liberales de Occidente se hacen cómplices con su silencio.
Los marxistas-leninistas y sus “idiotas útiles” y compañeros de viaje” atacan de manera especial la libertad de expresión para evitar que se denuncien sus criminales atrocidades.
Los regímenes comunistas se venden al exterior como estados democráticos, progresistas y revolucionarios, pero al interior sojuzgan a sus pueblos con sangrientas dictaduras.
De ahí que nada de extraño tenga que, a partir de hoy los capos, sicarios y guerrilleros de la mafia CNTE-EPR, reinicien sus permanentes ataques a los medios de comunicación.
Al radicalizar sus movilizaciones hoy lunes y mañana martes, tienen programado realizar bloqueos a medios de comunicación por doce horas, de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche.
Asimismo, bloquearán empresas transnacionales en las diversas plazas comerciales, así como dependencias de gobierno, y otras oficinas, entre éstas las de la Sección 59 del SNTE.
El bloqueo a los medios de comunicación por doce horas es, en realidad, una maniobra perversa que pretende medir la reacción de defensa éstos en lo general e individual.
Al igual que los políticos sin ideología, los capos, sicarios y guerrilleros de la mafia CNTE-EPR temen a la libertad de expresión en los medios porque exhibe su incongruencia y corrupción.
Unos y otros no temen a la aplicación de la Ley porque sus amplias redes de complicidades les garantizan impunidad total, pero sí que se encueren sus miserias humanas y mentiras.
Cínicos en grado sumo, los políticos tradicionales tampoco temen a su conciencia y menos al juicio de la historia. Los pseudorevolucionarios están convencidos que la historia los absolverá.
Esta actitud totalmente amoral más que inmoral lleva a unos y otros a no conocer límites en sus ambiciones desmedidas, como lo prueba su escandalosa corrupción sin llenadera alguna.
Exhibir el saqueo del gobierno federal, estatal y municipal o de los recursos de la educación, como ocurre con los capos y sicarios del Cártel de la Sección XXII de la CNTE, les indigna.
La mayor sanción que reciben unos y otros es la que les imponen realizan los medios de comunicación al arrancarles la careta de demócratas, revolucionarios y progresistas.
Les enrabia que se les muestre tal cual son, reaccionarios retrógradas, enemigos del pueblo al que utilizan como bandera de lucha y carne de cañón para enriquecerse a más no poder.
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