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Urge fortalecer la gobernanza vía el federalismo económico

Alfredo Martínez de Aguilar

La democracia postmoderna enfrenta actualmente uno de sus mayores desafíos a lo largo de la historia: la calidad democrática de buen gobierno, según nos enseña la Ciencia Política.

De ahí que lamentable y dolorosamente concluyamos que sin solucionar el problema de la pobreza, no habrá jamás gobernabilidad, participación ciudadana y legalidad democrática.

La calidad democrática debe ser entendida como el orden y la estabilidad, producto de la gobernabilidad; incorporación sustantiva de la ciudadanía y respeto total a los derechos civiles.

El ejemplo más cercano, claro y concreto, es el caos que flagela a Oaxaca, las y los oaxaqueños, a resultas de convertir la anarquía en la principal fuente de riqueza pública, privada y social.

Prueba de ello, hasta ahora los esfuerzos del gobierno de la primera alternancia por impulsar la transparencia y rendición de cuentas, no ha pasado más allá del papel, por falta de legalidad.

Gobernabilidad es estabilidad institucional y política, efectividad en la toma de decisiones y la administración. Respeto a las leyes e instituciones, consistencia e intensidad en las decisiones.

La gobernabilidad depende de la gobernanza, y ésta proporciona legitimidad en una «nueva forma de gobernar» vía la eficacia, calidad y buena orientación de la intervención del Estado.

La gobernanza interacciona la administración pública con el mercado y las organizaciones privadas y de la sociedad civil, que no están subordinadas, sino integradas en redes.

Las «redes de interacción público-privado-civil” dependen del nivel de madurez de la sociedad y su capacidad para asumir responsabilidades compartidas en las decisiones para gobernar.

La gobernanza vía el fortalecimiento económico del federalismo, es trascendental en el caso de Oaxaca para resolver los complejos problemas que enfrenta por sus ancestrales rezagos.

Obligado es insistir machaconamente hasta el cansancio que sin solucionar el problema de la pobreza, no habrá jamás gobernabilidad, participación ciudadana y legalidad democrática

En este sentido, resulta trascendente la inmediata intervención del diputado federal priista Martín Vásquez Villanueva para desactivar ayer el bloqueo de la Carretera Transístmica.

Pero lo es más la estrecha coordinación con el director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Rubén Ríos Ángeles, para atender el cumplimiento de acuerdos de la minuta firmada en 2013.

A la intervención inmediata de Martín en cumplimiento de sus funciones como representante popular y de Rubén como servidor público, se sumó la actuación del Procurador de Justicia.

Ante el bloqueo de los transportistas de la CTM que sitiaron la capital oaxaqueña, el fiscal Héctor Joaquín Carrillo Ruiz intervino para desbloquear lo antes posible los accesos a ésta.

En ambos casos se puso de manifiesto el nivel de madurez de la sociedad y su capacidad para asumir responsabilidades compartidas en las decisiones para gobernar correctamente.

El caso de Martín, Rubén y Héctor Joaquín prueban que, gracias a Dios, no todo está perdido en Oaxaca, pues hay oaxaqueños y oaxaqueñas que aportan soluciones. ¡Enhorabuena!

Al margen de filias y fobias, es nuestra convicción no regatear méritos a nadie. Esperamos que cada día surjan más casos de representantes populares y funcionarios dispuestos a cumplir con su deber.

alfredo_daguilar@hotmail.com director@revista-mujeres.com

@efektoaguila

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