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Prometer disminución de energeticos, el peor error del sexenio

El presidente Enrique Peña Nieto cometió su peor error político y estratégico del sexenio al anunciar que la reforma energética ayudaría a reducir los precios de la energía eléctrica y el gas LP  y que la hacendaria pondría fin a los «gasolinazos» , sostuvo ayer el director del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco),  Juan Pardinas.

Prometer que no habría aumentos en la electricidad, el gas y la gasolina era, en el mejor de los casos una irresponsabilidad, y en el peor, una mentira, afirmó el activista, en un artículo publicado por el diario Reforma.

Sin embargo, el académico alertó que el descontento social por el súbito aumento de hasta 20 por ciento de los combustibles ha sido mal enfocado en contra de la reforma energética, pues ésta nunca prometió reducir el costo de la gasolina ni el diésel.

«En el discurso y en la publicidad gubernamental se repitió hasta las náuseas que los cambios en la Constitución y las leyes secundarias bajarían los montos en tus recibos de luz y gas.

«El gobierno no se comprometió a que la reforma energética reduciría los precios de la gasolina; sin embargo, el presidente Peña Nieto sí afirmó que la reforma fiscal pondría fin a los aumentos graduales al precio de los combustibles, conocidos como gasolinazos. Hoy en medio del enojo colectivo, la memoria de las promesas se ha confundido en el registro colectivo», subrayó.

El activista reiteró que el desprestigio del gobierno y su inoperancia ejecutiva han «azuzado la percepción social en contra de la reforma energética», cuando la consideró como «la transformación económica más importante de las últimas décadas».

Pemex Refinación, colapsada

Pardinas sostuvo que el verdadero «gasolinazo» radica «silenciosamente» en la corrupción e ineficiencia de los directivos de Petróleos Mexicanos (Pemex), que mientras importan más de la mitad de la gasolina que se consume en México, han llevado a la bancarrota a la empresa Pemex-Refinación, que de 2010 a 2015 ha reportado pérdidas por 666 mil millones de pesos; es decir, 5 mil 500 pesos por cada mexicano.

«Este es el gasolinazo silencioso que nos dejó la falta de competencia, la ineficiencia crónica y la corrupción impune en el monopolio de todos los mexicanos».

Recordó que la compañía brasileña Odebrecht, señalada por el Departamento de Justicia en EU de repartir sobornos en México, recibió contratos sin licitación de por medio por parte de Pemex Refinación entre el 2010 y el 2014.

Pardinas resaltó que el transporte de gasolina por ducto es hasta 13 veces más barato que el costo de transporte por autotanque o pipa.
Sin embargo, una cuarta parte de las terminales de abastecimiento de Pemex sólo transportan combustibles por pipas. «¿Quiénes se han beneficiado con los monumentales contratos de transporte por pipa, como consecuencia de la falta de inversión en ductos de Pemex? Transportar combustibles en tren cuesta la mitad que hacerlo por pipa, ¿por qué Pemex usa menos del cinco por ciento de la infraestructura ferroviaria nacional para transporte del combustible?», cuestionó.

Ojalá que la indignación colectiva por el alza de las gasolinas se encauzara hacia las razones por las cuales el sistema de refinación de Pemex es una empresa en bancarrota. Las peticiones ñoñas de que “no se politice el tema de la gasolina” es como pedir que no haya sangre en una cirugía de corazón abierto. El impacto sobre el bolsillo de las personas es un problema político aquí y en China.

El aumento del combustible, no sólo se va a politizar sino que puede definir el futuro del sistema político mexicano. El gran beneficiario político de este asunto es AMLO, el único candidato que ha prometido amnistía y perdón para los casos de corrupción de este gobierno.

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