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Oaxaca violento…

Pablo Ramírez Puga / EXPRESIONES

Hacía mucho tiempo que Oaxaca no vivía una oleada de violencia política y social, como la que estamos viviendo en la presente alternancia de gobierno.

Los demonios se han soltado, dicen algunos; otros le echan la culpa a figuras del pasado reciente que supuestamente están interesados en hacer desbalancear al nuevo gobierno estatal, lo cierto es que los asesinatos políticos siguen aumentando y el crecimiento de la delincuencia organizada y el narcotráfico se enseñorea en regiones como el Istmo, la Cuenca, la Costa y los Valles Centrales.

Las rencillas políticas afloran con los cambios en los municipios; otros ajustan cuentas pendientes a quienes abusaron de su poder; los grupos de poder (sindicatos, organizaciones sociales) siguen “midiéndole el agua a los camotes” del nuevo gobierno para seguir usufructuando sus cotos de poder, en fin, Oaxaca en estos momentos es un cúmulo de calamidades a borde del colapso.

Sin embargo, hay otras causas que para muchos pasan desapercibidas y que han ido creciendo durante más 30 años de anarquía y negociación de la ley para mantener una gobernabilidad amañada y corrupta.

A Oaxaca la ha empobrecido y envilecido la corrupción gubernamental y la falta de visión de quienes ostentan el poder, y de ser una entidad con vastos recursos turísticos, comerciales, agrícolas, ganaderos, mineros, culturales y artesanales, hoy padecemos un apocalíptico presente de inestabilidad, inseguridad, violencia y anarquía.

A tal grado, que las autoridades de seguridad pública y de aplicación de la justicia se muestran incompetentes para enfrentar la delincuencia, así como la nueva hornada de político s para generar nuevas políticas que procuren desarrollo y un nuevo entorno social.

Que apenas llevamos 20 días de gobierno, es cierto, pero de acuerdo a los hechos, la atención y superación de retos se siguen haciendo a través de acuerdos subrepticios y negociaciones, que sólo duran mientras no surjan nuevas pretensiones de lo que se llama la industria del chantaje y la presión política.

Es evidente que hasta este momento, no basta con prometer o demostrar interés en cualquier problema nuevo o ancestral, se necesitan acciones contundentes que reafirmen la confianza en un gobierno diferente. Los oaxaqueños ya no queremos más de lo mismo…

confusiopuga@hotmail.com
rampuga@prodigy.net.mx

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