Criminóloga, especialista en grafoscopía, dactiloscopia y documentoscopía; madre y esposa; Marta Yadira Ramírez Santiago, es parte importante del Heroico Cuerpo de Bomberos de Oaxaca.
Marta Yadira Ramírez Santiago se levanta muy temprano todos los días. Cariñosamente, despierta a su pequeña hija de dos años y a su esposo para comenzar el día. Después del desayuno familiar, los tres salen de casa para iniciar las labores cotidianas. La pequeña acude a la guardería mientras sus padres se incorporan al Heroico Cuerpo de Bomberos de Oaxaca (HCBO) para servir a la ciudadanía.
Marta Yadira, de 28 años de edad, además de ser madre es una mujer bombero que día a día pone su atención a las necesidades de los oaxaqueños. Ella se mantiene alerta para recibir las llamadas de emergencia que suscitan en cualquier momento.
“No ha sido fácil lidiar con las exigencias del trabajo y de la familia, pero sabiéndose coordinar todo se puede hacer. Además tengo el apoyo de mi esposo, lo que me permite desempeñarme más libremente”, comenta.
Es así, que en una jornada ordinaria el teléfono suena y, al interior de la cabina, ella exclama: “Estación de Bomberos”. “Buenas Tardes, señorita, ¿podía mandar unas unidades de bomberos?” “¿Qué es lo que sucede?”
Durante el llamado ella recopila la información necesaria para identificar el tipo de emergencia, posteriormente, a través de su radio, comunica al personal la zona afectada y el servicio que solicitó la población.
Otra de sus funciones también consiste en dar recomendaciones a las personas para sobrellevar el incidente en lo que arriban los vulcanos. Así mismo, procura que los afectados mantengan la calma y no pongan en riesgo su integridad.
Marta no sólo posee los conocimientos necesarios para realizar sus actividades, sino que además tiene los mismos conocimientos y destrezas que tienen sus compañeros para operar en caso de incendios, atención pre-hospitalaria y demás servicios que brinda el HCBO.
“Me siento orgullosa y satisfecha de lo que hago. Me llena saber que le soy útil a la ciudadanía”, indica.
Ante el arduo trabajo que ejercen de manera continua, manifiesta que “es muy satisfactorio para mí cuando el personal regresa con éxito de su operación, reportando que no hay lesionados ni pérdidas humanas que lamentar”.
En sus cuatro años de servició, ella ha recibido miles de llamadas de auxilio, sin embargo, expresa que diariamente, al menos 200 llamadas de las que se reciben son de broma, por lo que invita a la ciudadanía a crear conciencia y evitar este tipo de actos ya que perjudican a las personas que realmente necesitan la asistencia.
Al concluir su jornada laboral en la estación, la mujer bombero abandona el uniforme para dar inicio a la ocupación de ser mamá. Al llegar a su hogar, se dispone a realizar las tareas cotidianas, atendiendo en todo momento a su familia y reservando unos minutos del tiempo para consentirse ella misma.
Aún con la rigurosidad de su trabajo y el cuidado que exige su familia, Marta mide su tiempo con cautela y desarrolla hábitos que la mantienen satisfecha y feliz en su desempeño diario.
Finalmente, ella recomienda a las mamás trabajadoras, “que se organicen y administren sus tiempos para cubrir sus horarios de trabajo y poder dedicar tiempo a los hijos y labores del hogar, ya que todo se puede”.