La opinión de Pablo Ramírez Puga / EXPRESIONES
Si alguien quiere sintetizar porque en 30 años de recientes gobiernos (4 priistas y uno de alianza encabezada por un ex priista) nadie ha podido sacarnos del rezago y marginación, la respuesta es esa: corrupción y chantaje social.
Heladio Ramírez, durante su mandato, dio cauce a la creación de líderes sociales que utilizaron la pobreza y marginación como un argumento para chantajear políticamente al gobierno. Ahí empezó todo. Bajo ese argumento nació la COCEI y todas las demás organizaciones que hoy nos hostigan, incluyéndose los sindicatos: el magisterial (Sección 22), los de la UABJO y la oprobiosa APPO con todas sus rémoras.
Hoy en día, quien no hace chantaje político, utiliza la extorsión para permitir u obstaculizar el desarrollo.
Actividad productiva que ha hecho renacer a organizaciones priistas como la CTM, la CROC y otras más, que utilizan la violencia para manifestarse y de esa forma cobrar cuotas a empresas o empresarios que desean invertir en las diferentes regiones de la entidad.
CEMEX en el istmo, está por irse; lo mismo las eólicas y así se han ido capitales en la Costa, la Cuenca, los Valles Centrales y hasta en la mixteca.
Por eso es patético escuchar a un gobernante, que como Gabino Cué Monteagudo, tiene la desfachatez de decir con satisfacción que ha impulsado el desarrollo de Oaxaca.
En entrevista reciente con medios presumió que su gobierno “ha sido de puertas abiertas y tolerante, por lo que aseguró que los problemas de organizaciones o grupos sociales, como los triquis, no se solucionan PORQUE ELLOS NO QUIEREN”.
O sea, ¿no querer es el poder que maniata a los gobiernos para hacer algo por Oaxaca?, otra vez o sea, ¿los culpables son los que menos tienen, por su ignorancia y dejarse manipular por pseudo líderes?
Si es así, ¿merece Oaxaca ese destino porque sus gobernantes prefieren corromperse a aplicar la ley?
Miren bien lo que declaró nuestro gobernador, que está a punto de culminar, quizá el peor gobierno que hayamos tenido: “Tienen que ser responsables para no perder la inversión y la generación de empleos no se ahuyente”.
Somos pues, culpables del desastre oaxaqueño… Sí, seguramente que sí, por permitir gobernantes demagogos e incapaces para enfrentar nuestros flagelos con la ley en la mano y permitir que impunemente dejen el poder con sus bolsas llenas como si nada.
Hemos tenido gobernantes satisfechos de impulsar el desarrollo de nuestra entidad (Heladio Ramírez, Diódoro Carrasco, José Murat, Ulises Ruiz y ahora Gabino Cué) pero los oaxaqueños no hemos querido aprovecharlo.
Si se siente usted estúpido, no se apene, ya es un primer paso que todos debemos dar…
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