La obra beneficiará a 2 más de mil habitantes
Instinto Político
Conocedor de las grandes necesidades del estado, el senador oaxaqueño Benjamín Robles Montoya gestionó ante el Gobierno Federal más de 10 millones de pesos para la construcción del sistema de agua potable en la agencia el Arador, San Lorenzo Texmelucán, municipio considerado de los más pobres a nivel nacional.
El legislador llegó al seno de la Sierra Sur, en donde ahora, lejos de los enfrentamientos entre hermanos indígenas, hay obras que generan progreso, como este sistema de agua potable.
“Aquí en San Lorenzo Texmelucán, en la agencia El Arador, aquí con esta obra de más de 10 millones de pesos, es una obra hidráulica, con la que estamos apoyando a más de 2 mil habitantes, hay que decir que este municipio es el más marginado de Oaxaca y por eso es un entusiasmo muy grande, junto con las autoridades municipales, poder hacer entrega de esta obra a toda esta gente que se lo merece, con esta obra hoy van a poder tener agua directamente en sus hogares, es un triunfo más”.
Robles Montoya llegó hasta a la agencia municipal de El Arador, saludo a las ciudadanas y ciudadanos, subió por una accidentada vereda a la punta el monte, hasta donde se encontraba uno de los tanques de almacenamiento, ahí hizo entrega a las autoridades municipales de los expedientes técnicos y de comprobación, que da por concluida la obra.
Sorprendidos, los lugareños dieron la bienvenida por primera vez a un representante de los Poderes de la Unión, pero sobre todo a un servidor público que ayuda a los pueblos a salir de la marginación y la pobreza.
“Ya nunca más la Sierra Sur volverá a estar sola ni olvidada, sabemos bien de las necesidades de esta región porque la hemos caminado y escuchado a sus habitantes, ahora hemos regresado a dar resultados, como esta obra que tanto necesita nuestra gente para mejorar su forma de vida”, enfatizó el senador Benjamín Robles.
Posterior a la entrega de la obra, el congresista se reunió con autoridades municipales de la región, en un encuentro que fue calificado como histórico porque desde hacía décadas varios de los pueblos ahí presentes no se sentaban en una mesa a plantear sus necesidades comunes, pero ahora lo hicieron porque dijeron que hay esperanza de salir adelante.
